
Frente al aumento de los residuos y su acumulación en los botaderos de basura, el compostaje es una opción para darle solución al problema. La basura orgánica se convierte en un material capaz de enriquecer plantas y cosechas, y de luchar contra la contaminación. Un sencillo contenedor y unos cuantos consejos son suficientes para que cualquier consumidor pueda contribuir a formar composteros desde su casa o urbanizaciones. A gran escala, diversas instalaciones industriales utilizan este sistema. Las iniciativas para generalizarlo son cada vez más numerosas y las comunidades pueden beneficiarse de ellas.
Las áreas agrícolas, viveros, productores ganaderos fuera y en las cercanías a las ciudades pueden convertirse en los mejores clientes para hacerles llegar ésta materia prima de gran valor como abono, a quienes pueden ofrecerse estos residuos.
Lista de materiales que pueden introducirse en el compostero:
Una gran cantidad de residuos sólidos pueden servir para hacer composteros. Los más conocidos (y abundantes) son las frutas y vegetales, hojas y hierba de todo tipo.

• Residuos de la cocina: borra de café, bolsas de té, servilletas de papel usado, cajas de cartón (en trozos pequeños), bolsas, platos y toallas de papel, restos de pan, pizza, pasta y arroz cocidos, galletas, cereales, bolsas de celofán (no de plástico), cáscaras de frutos secos (a excepción de las de nuez), hierbas y especias, tapones de corcho, queso con moho, helado derretido, mermelada, jalea o conservas, cerveza y vino pasados, palillos, productos lácteos (en pequeñas cantidades), granos.
• Residuos del baño: toallitas faciales usadas, cabello del cepillo, rollos de papel higiénico, esponjas naturales, recortes de las uñas, orina, restos de productos con 100% de algodón, aplicadores de tampones de cartón, condones de látex.
• Residuos del resto de la casa: ropa vieja de algodón y lana, pelusa de la secadora, contenido de la aspiradora o su filtro, papel periódico, plantas muertas y sus hojas, flores, cerillas, cenizas de la chimenea o la parrillera.
• Residuos de la oficina: recibos, facturas y otros documentos usados, sobres (menos los de plástico), virutas de lápiz, notas adhesivas, tarjetas (salvo las plastificadas).
• Residuos de restos de fiestas: envoltorios, manteles y serpentinas de papel, globos de látex, rafia, paja decorativa, árbol de Navidad.
• Residuos de animales domésticos: pelo de perro o de gato, excrementos y las camas de conejos y hámsteres, periódico y excrementos de la parte inferior de la jaula de pájaro, plumas, heno para alimentar a los conejos, alimentos para peces, comida seca para perros o gatos.
Nota: No se deben incluir en el compostero excrementos de perro o de gato, restos de carne y huesos, mayonesa, aderezos para ensalada, materiales plastificados o tratados de forma química.
Si eres dueño de un hotel, una posada, de algún restaurante o de algún establecimiento turístico que genera este tipo de desechos en abundancia, los tiras a la “basura” o no sabes qué hacer con ellos, estas son algunas ideas que puedes ir aplicando para hacer de tu establecimiento turístico más ecológico y sostenible.
Autor del texto:Nelson Prato Barbosa
Consultor de Turismo
Director
Revista EXO2 Magazine
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