jueves, 9 de agosto de 2007

El teatro como medio de vida


Como vivir en la pelazón ya no es una opción de vida sino la manera “normal” como en Venezuela cada día se levantan a procurarse el sustento 20 millones de venezolanos -los otros seis millones aprovechan “las oportunidades de negocios que brinda el Gobierno”- artistas, músicos y otros con talento o sin él, se embarcaron en la producción de obras teatrales, circos ambulantes, monólogos de cuerpo entero, libros y otras diversas manifestaciones del arte en procura de no acudir a pedir “cacao” en instancias oficiales. Y, ¡oh sorpresa! les va muy bien.
La temática reiterativa y casi fastidiosa de estas obras tienen que ver con las relaciones interpersonales, escasas veces con las intra, y aquí le doy mérito a Mimí Lazo a quien no se le puede negar su esfuerzo por sobresalir y resaltar en medio de la fauna artística, a tal punto que se puede considerar modelo de perseverancia o de “cómo echarle pichón para convertirse en empresaria de teatro en Venezuela y no morir en el intento” y de paso llevarse consigo al esposito para que también figure.
Pues bien, el verse reflejado en los diálogos de los artistas es parte de lo que se busca cuando se monta un show, sea cómico, dramático, casi real. La gente se ríe a carcajadas, se le salen las lágrimas, dice cosas y hasta le cae “la locha” cual sesión terapéutica. Lo mismo ocurre con los conciertos, una canción o interpretación musical es capaz de hacer llorar al más “macho” del estadio.
Guiones hay bastantes
El teatro nunca fue un buen negocio. Los “teatreros” de otros tiempos, todo greñudo, sucio, mal vestidos y hambrientos todavía se ven por los alrededores de El Ateneo de Caracas. Los de ahora, se ven espacios como El Trasnocho Cultural de Paseo Las Mercedes en Caracas. Los de Margarita ¿por dónde se ven?
Julie Restifo y su pareja Javier Vidal, Mimí Lazo y Luis Fernández, también pareja, son, podría decirse, los íconos de la dramaturgia moderna. Ellos muestran en las tablas sus propios conflictos ya resueltos para convertirse en informales terapeutas de pareja. No en vano sus relaciones se mantienen. ¿Será por ocio o por negocio? o ¿por amor verdadero? Lo cierto del caso es que con amor con o sin él, las finanzas de ambas parejas están muy saludables. Valdría la pena intentar, como ellos, inventarse una de teatro para sobrellevar la vida y hacerse de una buena renta contándole a todo el mundo cómo se vive en pareja en Venezuela, cómo se hace mercado cada semana, cómo se hace el amor y cómo se crían los hijos. Guiones para teatro es lo que sobra en tierra firme y en la isla, lo que hace falta es empeño, bueno, también aguante, para convertir el malestar en una manera de hacer dinero.

Por ahora, en tiempo de vacaciones, un par de planes vacacionales donde los “chamos” de Caracas y los “ñeritos” de Margarita aprendan a montar una obra de teatro, es una alternativa. Eso sí, el negocio va con la condición que los infantes no usen sus dotes histriónicas con las mamás en la casa y en la calle.
dora.paredes@gmail.com

Publicado en El Sol de Margarita el 04/08/2007


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