lunes, 12 de mayo de 2008

Regalos para mamá


Día de la madres, del niño, de papá, de los santos inocentes, del árbol, del médico, del terapeuta, del odontólogo o del periodista son fechas honorables –sobre todo la primera y la última- en la que agasajamos a aquellos que desde sus tribunas, desde sus estrados o altares, no tan altos para no ser inalcanzables, ejercen las más nobles de las tareas, procrear e informar, pero quedémonos con la primera: la de ser mamá, o mejor MAMÁ con mayúsculas, pues la significación de tal denominación va más allá de cuanta cosa cuantificable existe sobre el planeta.

Ser mamá y recibir regalos en consecuencia -je,je- si bien es un acto natural, es una de las tareas más difíciles de realizar, puesto que como los bebés no traen manual de instrucciones, la vida se vuelve un pentagrama y las agudas notas del llanto –super difíciles de interpretar por cierto- los acordes más sonados de las eternas noches y madrugadas.

Ante la magnitud del reto, el regalo esperado no puede ser menos que un ipod nano de tercera generación, digo yo.

Pero dejando a un lado la anécdota, la realidad del mercantilista mundo en que vivimos, pone como tarea la adquisición o compra de un presente –más o menos costoso-para entregarle a la mamá justo al despuntar el alba, sin dejarla dormir completo.

Tradición con la que en una parte de mí está de acuerdo y otra no: una, porque me encanta recibir regalos y la otra, porque no veo necesario que mi hija y los hijos de las demás, tenga que comprar –casi obligado- un regalo un día específico, para dármelo un día determinado. Todos los días del año son buenos para obsequiar, sea al papá, la mamá, la tía, el abuelo, los hijos.

Con todo, ponerse una prenda nueva, estrenar zapatos, ver una película con un home teather y no cocinar ese día, no cae nada mal. Pero, ¿de dónde viene el alboroto?

Esta costumbre tiene viene de lejos: se inició en la Grecia antigua, en las festividades en honor a Rhea, la madre de Júpiter, Neptuno y Plutón. Durante el siglo XXVII en Inglaterra comenzó una celebración llamada "servir de domingo", denominada "Domingo de Servir a la Madre" en la cual se honraba a las madres de Inglaterra y los criados tenían permiso y el día pagado para ir a visitar a sus madres. ¡Qué tierno!

En EE.UU el primer día fue sugerido en 1872 por Julia Ward Howe como un día dedicado a la paz. Pero el día de la Madre, como tal, es la historia de Anna Jarvis (Philadelphia), una joven que perdió prematuramente a su madre en 1905 y que escribió, a maestros, religiosos, políticos, abogados y otras personalidades, para que apoyarán su proyecto de celebrar el "Día de la Madre" en el aniversario de la muerte de la suya: en mayo.

Jarvis obtuvo muchas respuestas, y en 1910 ya era celebrado en casi todo EE.UU. Ante tal acogida a su iniciativa la joven Jarvis, hizo lobby para que el Congreso de EE.UU. presentara un proyecto de ley a favor de la celebración del Día de la Madre en todo el país y, lo logró. Hoy día, en casi todo el mundo, el segundo domingo de mayo está dedicado a rendir honor a quien honor merece. ¡Feliz día de las madres!

Este artículo fue preparado para publicar en el diario Sol de Margarita, lamentablemente no usan Windows Vista y no lo pudieron abrir. Aquí está para mis fans.

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