martes, 1 de julio de 2008

¿Recetas contra la inflación?


Los recientes anuncios del Presidente Chávez para frenar la inflación fueron calificados por analistas económicos locales y foráneos como insuficientes y sembraron dudas en la población y, como siempre digo y escribo, no hay que ser experto para darse cuenta, basta ir al mercado a comprar comida, a la tienda de computación a comprar accesorios o consumibles, a la zapatería a comprar zapatos o a cualquier lugar donde para obtener un producto o servicio haya que hacer un lindo cheque, raspar la tarjeta o pagar en efectivo.

El economista José Guerra, en una entrevista a Unión Radio, lo señaló de manera clara y contundente: “ninguna de las medidas que anuncio el Presidente Chávez van dirigidas a combatir la inflación, como el alza de las tasas pasivas para estimular el ahorro o reducir el gasto fiscal”.

Para el común de la gente –es decir, las personas que viven de un sueldo- no es fácil luchar contra la escalada de precios y menos lo es para los mas pobres, aquellos a los que les toca sobrevivir con uno o dos salarios mínimos, tanto en la empresa privada –donde los sueldos siguen siendo de país de tercer mundo- como en el sector público, donde a los desempleados en lugar de prepararlos y ponerlos a producir, les dan limosnas.

Suena duro pero es verdad. Y es que en Venezuela la ventaja de ser un país RICO, tiene poca compensación, por no decir ninguna, para sus habitantes. Se vive en un país donde la paradoja y la incongruencia son las situaciones más reiteradas: Venezuela es, la verdad sea dicha, mucho ruido y pocas nueces…hay crecimiento sin desarrollo. Las cifras del BCV y del INE son fantasmas.

Una de las máximas de la economía indica que donde hay cemento hay desarrollo, expansión, crecimiento. Sin embargo, en Venezuela se construyen viviendas sin vialidad, sin servicios y solo para la clase que puede pagar los ilógicos precios de unos apartamentos hechos con moldes.

Se construyen centros comerciales en zonas residenciales y se hacen autopistas con asfalto de tercera. Si es cierto que donde hay cemento hay desarrollo
¿Por qué en cada pedacito de terreno baldío se levantan uno, dos, tres ranchos? Si es verdad que donde hay cemento hay crecimiento ¿Por qué cuando se sube de La Guaira, se baja de San Antonio de Los Altos o vamos a las playas de Margarita o de cualquier costa venezolana cada día hay mas montañas invadidas, mas caseríos miserables a los costados de las carreteras y autopistas, mas indigentes y mas niños vendiendo empanadas de cazón o de tajadas con queso?

Para controlar la inflación no hay que hablar, hay que actuar: desmantelar el control de precios de manera paulatina, incentivar el ahorro, desmotivar el consumo, industrializar el país, reactivar las empresas cerradas y promover la producción de bienes y servicios con LIBERTAD, entre otras certeras medidas.

La riqueza de los países se nota no solo en los círculos que ostentan el poder económico y de gobierno, cuando se crece de verdad, verdad, la “cosa” se pone buena para todos, no para unos cuantos. Porque no se va al mercado con discursos; las compras se hacen con las alforjas llenas de billetes.